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FELIZ AÑO NUEVO

Penúltimo día del año. Salgo del hospital de Madrid donde se encuentra  la mejor amiga de mi madre, con 86 años y un tumor cerebral. Pocas personas mejores que ella y que sus hijos –que la rodean y la llenan de amor-, me he encontrado en mi vida. En otra clínica madrileña, otra amiga, esta vez mía y de mi edad, espera aislada a que la suban las defensas para poder recibir las visitas y los achuchones físicos – ahora se los mandamos por chat-con los que resistir mejor los días fuera de juego a los que le obliga la Leucemia… Más allá del hospital, pero en tratamiento, la hija de otra amiga, sonrisa en rostro, le planta cara, con la fuerza que le caracteriza, a un linfoma de Hotkins.  Eso en mi entorno cercano, donde otro amigo acaba de despedir a su mamá y alguna conocida me habla de que pasará la noche de Fin de Año en el hospital en el que trabaja con niños con cáncer. Esta es la realidad de los 365 días de año, lo se; pero en estas fechas, las enfermedades, las muertes y las despedidas duelen más, tal vez porque es el momento en el que queremos a los nuestros más cerca, para celebrar con ellos que forman parte de nuestra vida. Cuando se van en días señalados en el calendario,  es como si se fueran dos veces y su marcha deja más hueco para siempre.  Hay quien piensa que es una tontería y que la vida es así, independientemente de los almanaques, y que hay que aceptar que el anverso es ella y el reverso la muerte y que entre una y otra hay momentos de infortunio. Y tiene razón. Hay que vivir valorando la vida, sabiendo que todos moriremos –aunque no haya pensar en ello a todas horas-, y siendo conscientes de que a todos nos tocaran instantes de sufrimiento inevitables… Pero si pudiéramos elegir, es posible que tratásemos de dejar los padecimientos fuera de los últimos días del año, para hacer que estas fechas, en las que unos creemos en unas cosas y otros en otras, pero todos en la fuerza del cariño, fueran ese espacio de ficción donde es posible parar cualquier padecimiento.Como no es así, ni lo será, permítanme que dedique estas líneas a quienes no se encuentran bien, o están tristes o solos o lloran la muerte de un ser querido; aunque ahora ni lo sospechen, 2015 también les traerá algo bueno, que ya les toca. Feliz Año Nuevo.

 

La Gaceta de Salamanca

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