Publicado en La Razón
A punto de San Valentín me corroía una duda: ¿qué harán todos los que no pueden verse y que no tienen un lugar donde guarecer sus arrebatadas pasiones? Son muchos meses ya de encierros y confinamientos totales o perimetrales y no resulta nada raro que algunos se salten las fronteras para ver a sus contrarios y evitar la infidelidad, aunque sea manual.
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