España está viviendo los últimos días de 2012 entre mil y una huelgas que, desde la distancia, por desgracia, parecen ya parte de la vida cotidiana. Cuando tocan cerca se sufren de otra manera. Pese a lo que me hayan contado mis amigos médicos, pilotos o pensionistas, todas sus quejas me han llegado desde lejos, desde ese decir:”¡qué situación!”, pero sin tener que soportarla. Sin embargo la de Telemadrid, mi casa durante tantos años, me ha pillado de lleno. No de improviso, está claro, porque desde hacía mucho se sabía de los problemas de las autonómicas, y Telemadrid no iba a ser una excepción; pero pensé, qué se yo, que las cosas no se pondrían tan trágicas y que, desde luego, no se llegaría a una situación de “guerra civil” entre los propios trabajadores. Es cierto que la gestión global de las autonómicas, desde sus inicios, ha sido un poco un disparate, pero también lo es que, al menos en Telemadrid, los sindicatos han contribuido sobremanera a que así fuera. Muchos trabajadores no lo creen, pero andar exigiendo durante años condiciones imposibles, que acaban por mermar hasta lo indecible la eficacia del trabajo, ha sido definitivo en que todo se haya complicado hasta el desastre. Claramente no se podía seguir así; había que tomar una determinación, porque el mundo está como está, y lo que hace años aún se podía sostener, hoy es materialmente incuestionable. Bien, pues llegados a esta situación, en vez de la buena voluntad que se supone que tiene que haber en cualquier Expediente de Regulación de Empleo, lo que se está dando es lo contrario. Los ascensores llenos de fotos de profesionales de la casa y directivos injuriados no son caldo de cultivo para una buena negociación en la que, además, parece que se obliga a la huelga general y constante a todos los trabajadores, aunque no quieran hacerla o sus bolsillos no puedan soportarla. Algunas situaciones de violencia, de pitar, señalar con el dedo o insultar, sólo son comparables a las actitudes de algunos periodistas que se empeñan en infravalorar a todos los trabajadores de la casa, en cuestionar sus tareas y su derecho a la huelga e incluso en “acusar” a quienes, como yo, sentimos cariño y respeto por nuestros equipos y consideramos que tienen todo el derecho a estar enfadados y a reivindicar, siempre que lo hagan desde el respeto. Supongo que cada ERE, cada huelga y cada historia son igual de terribles, pero esta es la mía y debo decir, ahora que estoy a punto de irme Telemadrid, después de tantos años, que me duele en el alma.
Back to Blog¿necesitas ayuda?
ultimos comentarios
Hortensia en El doctor Castell Gómez detalla todo lo que hay que saber sobre hígado graso y alimentación
Ilva en Morir en verano
DONDE HAY QUESO, HAY RATONES - LOmagazine - Literocio en SINFICCIÓN
temas tratados
alimentacion
alimentos
A menos de cinco centimetros
A toda radio
Barcelona
belle époque
Carmen Posadas
cine
conferencia
dieta
Entre Comillas
entrevista
España
Fernando Marías
futbol
la chica a la que no supiste amar
La mala suerte
literatura
loquelaprimaverahaceconloscerezos
Los secretos de Marta
Luisa Casati
Luisa y los Espejos
Madrid
Madrid a la última
Madrid me Marta
Marta Robles
moda
mujeres
Niños
novela
Novela negra
nutrición
obesidad
Onda Cero
pasiones carnales
Premio Fernando Lara
PRENSA · Artículos · La Gaceta de Salamanca
PRENSA · Artículos · La Razón
PRENSA · Artículos · Wapa
Real Madrid
salud
Telemadrid
TV · Ahora Marta
usted primero
Venecia