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“La popularidad es como el catarro, se adquiere por contagio”

Publicado en La Razón

CARMEN POSADAS, escritora. Autora de LA MAESTRA DE TÍTERES  

 

Dice Carmen Posadas,  una de nuestras escritoras más celebradas, que La maestra de títeres, su última novela publicada en Espasa, es “lo mejor que he escrito”. Esta frasecita dicha en corto, que con tanta frecuencia utilizan otros autores, en la boca de Carmen Posadas, siempre timidísima y prudente, resulta una absoluta novedad. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Y más si es la propia fuente quien lo confirma. Yo, lectora de todos los títulos de Posadas, además de amiga, ratifico este extremo: es su mejor novela. No me pierde la pasión de la amistad. Se trata de un relato/retrato de la jet de una época y de la perfecta radiografía de sus movimientos durante unos cuantos años en la historia de España. Es fácil conocer, reconocer, suponer y hasta acertar quién es quién o a quién se parece este, a aquel o incluso al que lleva su propio nombre…La pluma inconfundible de Carmen, con su saber estar hasta en los renglones, acota un mundo muy particular en esta crónica social apasionante, divertida y llena de referencias culturales, que se devora en un periquete. Política, adulterios, excesos, mentiras, una reina de los matrimonios y la sociedad…La fotografía de la transición, vista desde el lado de los que mejor se lo pasaban “Yo llegué a España en 1965 –cuenta Carmen Posadas-, pero he preferido hacer la novela un poquito más tardía, más o menos desde la muerte de Franco ,que era aún una España muy parecida a la anterior. El gran cambio vino con la transición. El hecho de venir de Uruguay, de tener un ojo ajeno, me ha ayudado a escribir. Nadie escribe –y describe- mejor que el viajero. Como George Borrow o Alejandro Dumas, que pasaron por España. Aunque parezca increíble, el prototipo de la españolidad, Carmen, está escrita en francés”. Ahora que Carmen Posadas cita a escritores comentamos que La maestra de títeres es casi un retrato costumbrista, que incluye un montón de referencias de todo tipo y donde caben desde la más absoluta banalidad hasta el discurso más culto. “Yo siempre he procurado tener ese equilibrio que tenía Dickens –salvando las enormes distancias-, que podía cautivar a un público popular que lloraba las aventuras de Oliver Twist o David Copperfield y también a otro más culto que podía encontrar otras cosas. Si alguien quiere hacer una lectura superficial de esta novela se divertirá mucho porque hay muchos guiños de cómo éramos, como nos vestíamos,  como nos enamorábamos etc.; pero si alguien quiere hacerla más culta, también podrá.” La novela se centra en la transición, pero repasa tres épocas a través de tres nombres femeninos. “En realidad –puntualiza Carmen- es la historia de una saga familiar. Son tres mujeres ,en tres épocas distintas.  Aclaro que no es una novela de mujeres, que ahora está tan de moda, que es ya como una plaga. Es verdad que está protagonizada por mujeres, pero  los hombres tienen un papel muy relevante” Mujeres que proceden de una  extracción humilde, que llegan a lo más alto y que se casan mucho. Al menos una de ellas, Beatriz Calanda. “Es cierto. Se casa cuatro veces. Como hablo de tres épocas distintas, tenía que tomar personajes que simbolizaran los valores de cada época y, al hablar del presente, hay un personaje muy típico de nuestro tiempo, que representa a esa gente que vive de su imagen y es famosa, por ser famosa, que es Beatriz Calanda”. Una famosa, que como tantas otras reales, empieza a serlo por matrimonio. “Sí. La popularidad es como el catarro, se adquiere por contagio. Te contagiaste de un primer marido famoso y a partir de ese momento puedes dedicarte a convertirte en un personaje sin ser absolutamente nadie”. Más allá de la revisión, en la novela también hay una curiosa investigación, cuyo resultado no se desvela hasta el final “ Sí. La novela arranca con una primera frase que luego queda un poco olvidada en toda la trama, pero que encabeza el primer capítulo y es “ayer maté a mamá y no sentí nada”” No es raro. Esa madre es, a veces, para matarla…  Por o pese a sus curiosas particularidades. Por ejemplo, la de conseguir que los hijos de sus maridos se parezcan al marido anterior, aunque sean maridos muy diferentes. “Uno es un actor archi famoso, el segundo es un intelectual de izquierdas, luego tenemos a un aristócrata y también a un banquero. Me parecía que eran los prototipos de lo que se valora en la sociedad” ¿En la sociedad? ¿O tal vez lo que valoran las mujeres que no se dedican más que a buscar marido? “Esas, esas,  las de “a ver qué pesco”” Pues la de la novela es “pesca mayor”. Supongo que quien siempre consigue “presa” en esa tarea, como la protagonista de “La maestra de títeres”, debe de tener algún secreto para que los hombres caigan rendidos a sus pies. “Bueno, yo creo que tiene que ser una combinación de una persona que parece desvalida, pero que al mismo tiempo resulta inaprensible, ¿no? Esa combinación es muy útil en la vida. Se lo digo a las chicas, por si se quieren montar ese “look”, que da magníficos resultados. Además si has tenido muchos novios, maridos o amantes o lo que sea, eso es un plus y hace que los hombres se acerquen como  las moscas a la miel y se queden ahí pegados” Así que lo de casarse mucho añade atractivo…, ¡pensaba que era lo contrario!  “Los hombres tienen un componente de cazadores –explica Carmen-y si hay una pieza interesante, que le gusta a todo el mundo ¡por algo será! Luego les pasa lo mismo que a las moscas con la luz: les atrae mucho, se acercan demasiado y se achicharran”. Más allá de este personaje, La maestra de títeres es un fresco también de los años de la transición, en el que se entreveran sentimientos políticos, el descubrimiento de la libertad, el destape, los amores, los lugares de encuentro, las relaciones entre las personas… “Refleja el despertar de una España que llevaba mucho tiempo en un largo sueño, que fue muy rápido. Nos incorporamos al mundo luminoso de la libertad muy rápidamente. Aunque en la tercera parte de la historia, en la que le corresponde a Ina, la madre de Beatriz, también están dibujados los años 50, esos años de posguerra que me divirtió mucho reconstruir, porque a pesar de que yo llegué a España, como he dicho, en 1965, aún quedaban restos de esos años anteriores, en blanco y negro, en el farolero que encendía la luz en la calle, en el mucho peso de la religión, en que todo el mundo parecía estar de luto…”· 

 

PERSONAL E INTRANSFERIBLE 

Carmen Posadas nació en Montevideo (Uruguay), en 1953. Está viuda, tiene dos hijos y de lo que más orgullosa se siente es “de mi familia” Sobre el arrepentimiento dice que  “cuando era joven decía que no me arrepentía de nada, pero ahora diría que me arrepiento de un montón de cosas” Perdona y olvida “el que no olvida no perdona” Le hace reír “yo misma. Me río conmigo y de mí” Llora “poco”. A una isla desierta se llevaría “la biblia”. Le gusta beber “vino blanco” y comer “postres”. Mi manía es “acostarme temprano. Soy aburridísima”. Su vicio es “no hacer nada”. Sueña mucho “con que meto la pata” De mayor le gustaría ser “una versión perfeccionada de mi misma” y si volviera a nacer sería “cantante de ópera.

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