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Maduro y la ciencia ficción

Publicado en La Gaceta de Salamanca

 

Ayer por la mañana, tras los ocho días de ultimátum, Pedro Sánchez reconocía a Juan Guaidó como presidente de Venezuela para “ convocar elecciones en el menor plazo”. Y lo hacía justo después de la emisión de la entrevista de Jordi Evole a  Nicolás Maduro, en La sexta,  donde el dictador llamaba farsante al presidente español y le echaba en cara no haber sido electo por nadie. El sátrapa venezolano, además, se empeñaba en dar una imagen de democracia frente a las preguntas de un Jordi Evole que, en tono amistoso, no dejo de plantearle ni una sola de las cuestiones relevantes, apoyadas en pruebas de imagen, que demostraban lo contrario. Maduro repitió en varias ocasiones que las elecciones llegarían en su momento, pero no antes, porque él no aceptaba ultimatums de nadie y remató diciendo eso de “Es como si yo obligara a la UE a reconocer la república de Cataluña”; pero el resto de los temas los dejó en el aire, como de costumbre, resistiéndose a adelantar qué posición tomaría su gobierno cuando se hiciera oficial que España, Alemania, Francia y Gran Bretaña reconocían  a su rival, Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Maduro prefirió legitimar la situación de su país a través de las 23 elecciones  de 25 ganadas en los últimos 20 años, pese a que Évole le resaltara que las últimas, al menos, no podían considerarse elecciones limpias. Su respuesta fue una serie de insultos para todos los líderes políticos españoles  y muy especialmente para Trump, además de la advertencia de que no pensaba rendirse en ningún caso. NI siquiera en el de que la tensión reinante en su país pudiera conducir a una guerra civil, que según él “depende del nivel de locura y agresividad del imperio del norte y sus aliados, no depende de nosotros”. Insistió mucho en que defenderían el país de las agresiones externas y justificó la marcha de tantos emigrantes venezolanos a Colombia diciendo que se habían ido engañados y aseguró  que aunque las cifras oficiales fueran de entre tres y cuatro millones, los que habían abandonado el país no eran más de seiscientos mil u ochocientos mil. Escuchar a Nicolás Maduro recordar su cercanía a Zapatero a quien parafraseó “los bolivarianos no nos rendimos, somos como los vietnamitas, luchamos hasta con las uñas. Estamos defendiendo una causa histórica” no nos dejó tranquilos a ninguno de los espectadores del programa que entendimos, escandalizados, que pasara lo que pasara, el presidente Maduro sería capaz de blanquearlo o negarlo para seguir aferrado a su cargo y su mandato, aunque eso constara además del hambre y la emigración que ya se han dado en su país , ese baño de sangre que  muchos temen y que esperemos que las fuerzas internacionales o el sentido común, si es que algún día lo tuvo el mandatario venezolano, puedan frenar. Aunque después de haber escuchado a Maduro una vez más,  esta última opción parece tan ciencia ficción como tantas de sus vergonzantes y mentirosas declaraciones.

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