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«El café reduce los riesgos de enfermedad cardiovascular o ictus»

 DR. JOSÉ ANGEL CABRERA RODRIGUEZ

JEFE DEL SERVICIO DE CARDIOLOGÍA HOSPITAL UNIVERSITARIO QUIRÓN MADRID

 

–      Con una buen dieta, ¿nuestro corazón funciona mejor?

–      Seguir una alimentación nutritiva y bien equilibrada es una de las maneras más sencillas y eficaces de reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.

 

–      ¿En esa dieta equilibrada y nutritiva cabe de todo o hay alimentos prohibidos?

–      La buena nutrición consiste en comer una variedad de alimentos, limitar el consumo de ciertos componentes y bebidas y controlar la cantidad de calorías que se ingieren.

 

–     ¿Cuales son los que se deberían restringir?

–      Se aconseja limitar el consumo de grasa alimenticia a un 30% de las calorías diarias y el consumo de grasa saturada a sólo un 10% de las calorías diarias . Loa “ácidos grasos trans” se forman en el proceso de hidrogenación de los aceites vegetales insaturados los cuales pueden también contribuir al riesgo cardiovascular. El consumo excesivo de alimentos con contenido en proteína animal (carne roja, cerdo, pollo, huevos, productos lácteos) puede elevar los niveles de colesterol

 

–      ¿Y hay alguno que favorezca especialmente su funcionamiento?

–      Lo hidratos de carbono son la principal fuente de calorías en una alimentación equilibrada. Las frutas, verduras y los alimentos elaborados a base de cereales integrales contiene menos grasa y calorías que los hidratos de carbono refinados.  Aconsejamos comer de 25-30 gramos de fibra por día, incluyendo tanto fibra insoluble (cereales, panes integrales, arroz, verduras) como soluble (legumbres secas, frutas como la manzana, las fresas y los cítricos). Los panes, maíz, pastas, arroz contienen féculas que son otro ejemplo de “hidratos de carbono complejos ”beneficiosos para nuestra salud cardiovascular.   El arroz, las nueces, los garbanzos contienen proteínas vegetales que son beneficiosos para el control de nuestro colesterol.

 

–      Entre los grandes mitos está el del el café es malo para el corazón. ¿es cierto’¿ A partir de cuantas taza. No es cierto, son varias las investigaciones epidemiológicas que en estos últimos años han mostrado los efectos beneficiosos sobre la salud del café reduciendo entre otros el riesgo de enfermedad cardiovascular o ictus. El café  comparte con muchos frutos y vegetales su alto contenido en compuestos fenólicos, como los polifenoles. Es muy probable que sus efectos como antioxidantes naturales justifiquen los hallazgos beneficiosos que se han demostrado sobre la salud.  Un consumo moderado de 3-4  tazas al día no es perjudicial en personas sanas.  Lo importante es evitar su asociación con otros factores de riesgo cardiovascular como el tabaco.

 

–      Si se tiene algún problema de corazón ¿mejor optar por el descafeinado? La cafeína que contiene el café aumenta la frecuencia cardiaca y puede hacerlo también con la tensión arterial. Sin embargo, no existe ninguna razón para prohibir la toma de café a un paciente hipertenso bien controlado. En pacientes con problemas de corazón su consumo debería ser mas moderado y desde luego no es una mala opción optar por el descafeinado.

 

–     ¿ Y en cuanto al alcohol? ¿Es perjudicial para el corazón?

–      El consumo moderado de alcohol en un promedio de una o dos bebidas por día no es perjudicial para el corazón. Pero su consumo excesivo puede ocasionar  hipertensión arterial , accidentes cerebro-vasculares, arritmias y miocardiopatía.  Las calorías del alcohol favorecen el incremento de la grasa corporal, lo cual puede a su vez aumentar el riesgo cardiovascular

 

–      ¿Incluido el vino, o un poco de vino siempre es saludable?

–      El riesgo cardiovascular es menor en las personas que consumen vino, en especial vino tinto por sus beneficios potenciales debido a los flavonoides y otros antioxidanates. La actividad física habitual y una copa de vino tinto diario son maneras eféctivas de aumentar el colesterol “bueno” ,HDL o lipoproteína de alta densidad , esto puede reducir la formación de coagulos y el riesgo de un ataque cardiaco o al cerebro.

 

Suplemento de salud de La Razón

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