Ni todos los reyes fueron tan promiscuos y sexualmente activos ni todas las reinas fueron tan sumisas y fieles como se cree, aunque en términos generales hubo mucho movimiento en las camas de palacio, ha explicado este lunes la autora durante la presentación de la obra en la Semana Negra de Gijón.

Robles (Madrid 1963) ha abordado las debilidades sexuales de los monarcas, desde Don Rodrigo, el último rey visigodo, hasta Alfonso XII en una obra que considera que “no va de sexo”, sino de “pasiones carnales” como “la más elevada manifestación de los sentimientos en las relaciones humanas”.

La escritora ha dicho haberse divertido durante la investigación de los hechos que le llevaron a conclusiones como que “Juana la loca no estaba loca ni mucho menos”, que “Isabel segunda, si hubiera nacido en esta época sería feminista”, o que “los Borbones son descendientes de concubinas”.

Ha admitido haberse sentido “fascinada” por personalidades como Juana la loca, que fue una “mujer llena de amor a su padre y a su hijo”, Isabel II -que heredó el trono con 13 años en una España convulsa- e Isabel la Católica -que fue la única que se quejó por los cuernos que le ponía su esposo, Fernando de Aragón-.

Robles ha asegurado que la información “ha sido muy contrastada” porque considera que “la falta de rigor es una estafa a los lectores”, y ha desvelado que al finalizar el manuscrito lo hizo “corregir” por dos historiadores.

Ha destacado que no le tienta la posibilidad de escribir una segunda parte sobre la vida sexual de los políticos, pero sí de la de los artistas y sobre todo la de los escritores de novela negra, aunque ha reconocido que en este mundillo “hay muchos timoratos”.

Robles ha descubierto que en los ámbitos donde se toman las decisiones importantes se crea la sensación de pertenecer a una clase privilegiada, pero “es el poder el que hace que las personas que acceden a él se consideren diferentes”, ha añadido