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Sara Vega

«Soy del Sevilla y simpatizo con el Barça»

–Dicen que en el deporte lo importante es participar, ¿en la música qué es lo importante?
–Ser de verdad y sacar lo que llevas dentro sin tener miedo a arriesgar.

–Usted ha tenido un entrenador de lujo, Alejandro Sanz. ¿Consiguió acercarse a él por ser la hermana de Paz Vega?
–Definitivamente, sí. Mi hermana hizo un videoclip con Alejandro y yo había hecho una maqueta que a Paz se le ocurrió dársela para ver qué opinaba. Pero, para nada, ninguna de las dos podíamos pensar que él se fuera a involucrar de la manera que lo hizo. Fue una cosa mágica, la verdad.

–Lo que está claro es que usted, más que estar en forma por ser hermanísima, lo está porque, además de cantar, baila, ¿no?
–Sí, llevo toda la vida bailando. Empecé de muy pequeñita en el Conservatorio de Sevilla, que es algo durísimo. He estado haciendo una carrera desde muy pequeña y tenía que estar desde las cuatro de la tarde hasta las nueve de la noche dedicada a un montón de asignaturas.

–Y ahora, ¿qué es lo que baila exactamente?
–Un estilo muy mío, entre moderno, latino y flamenco.

–Bailando tanto no necesitará hacer más ejercicio, ¿no?
–Sí, porque si haces siempre lo mismo llega un momento en el que tu cuerpo no lo quema igual. A mí me gusta correr y me encanta el «mundo gimnasio». No soy una obsesiva, pero sí que tengo mis épocas en las que me pongo en el gimnasio como si fuera una atleta.

–¿Qué hace sudar más: un taconeo de los suyos o ver salir ese primer disco, «Sangre Revuelta», que es como un sueño hecho realidad?
–El disco, el disco…

–Hay un tema en ese disco, «Copas de Silencio», que incluye un zapateado suyo, ¿salió a la primera o tuvo que ensayarlo?
–A la primera. Esas cosas cuando son buenas es cuando salen así de una. Yo soy poco de ensayar, en las coreografías soy mucho de al momento, porque si no, pierde totalmente la magia. Con los  pies, cuando intentas hacer una cosa mejor o intentas repetirlo, ya no sale lo mismo.

–Y lo hizo sobre una maderita que llevaba, ¿no?
–Bueno sobre una maderita de bricolaje que compré en una tienda de Miami, que es donde grabé el disco, para que sonara a tablao.

–Está claro que tiene madera de artista y que ya ha conocido a unos cuantos de los grandes: Rocío Jurado, Carlos Saura, Alejandro Sanz, Ricky Martin… ¿con qué deportistas los compararía?
–Alejandro con Nadal; Carlos Saura con Romay; Rocío Jurado con la atleta esta negra que se pintaba las uñas con las banderas de todos los colores y a Ricky Martin con Ronaldinho.

–¿Le gusta el fútbol?
–Me gusta, sí. Soy del Sevilla, simpatizante del Barça y mi jugador preferido es Etoo.

–Aunque por mucho que le guste supongo que no le haría ninguna gracia que programaran un concierto suyo en directo el mismo día que juega un Madrid-Barça, ¿no?
–Pues claro que no, ¡puff!, para nada, para nada… Me acuerdo que en el Palau Sant Jordi de Barcelona, en la actuación de Alejandro Sanz, fuimos dos chicas de teloneras. ¡Gracias a Dios que yo salí la primera, porque cuando ella salió, justo entraban los jugadores del Barça y no le echaron cuenta… ¡Pues tú imagínate un partido de fútbol!

–¿Cantar en directo es lo mismo que salir a jugar, por ejemplo, en el Bernabéu?
–No sé cómo sienten los jugadores de fútbol, pero me imagino que debe de ser algo parecido. Aunque cuando yo canto y transmito un mensaje es como si me fuera a otra galaxia. Yo creo que los jugadores están en ese cuadro y enfocados en él… Yo me siento mucho más libre. A mi parecer es mucho más fuerte. Pero cada uno con su pasión…

En primera persona
«Nací en Sevilla un año cualquiera. Estoy soltera, no tengo hijos, me siento orgullosa de venir de donde vengo y de tener la madre que tengo y me arrepiento de haberme callado a veces algunas cosas. Perdono y olvido, valoro la verdad, detesto la falsedad y soy sumamente sensible, súper apasionada y bastante divertida. A una isla desierta me llevaría mis recuerdos. Me gustan el agua, la tortilla de patata, el jamón y la fruta. Mi manía es contar las horas que voy a dormir cuando me meto en la cama. Sueño mucho con mi madre; de mayor me gustaría seguir siendo lo que soy y si volviera a nacer volvería a ser lo mismo y, si no sirviera, misionera, para poder ayudar a la gente que se está muriendo. Lo he pensado muchas veces».

La Razón

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