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«La vitamina D tiene un efecto sobreprotector»

Publicado en el suplemento de salud de La Razón

Entrevista al doctor Alfonso Carabel Vázquez, jefe de servicio de Nutrición en Olympia, grupo Quirónsalud

1. ¿El exceso de grasa corporal puede hacer que tengas un déficit de vitamina D?

Se ha observado esta relación inversamente proporcional entre el exceso de grasa corporal y el déficit de vitamina D. Por ahora no está muy claro el mecanismo, pero se han propuesto diferentes hipótesis.

Estas hipótesis tienen en cuenta el estilo de vida, el sedentarismo, los hábitos de vestimenta y la exposición al sol de este grupo poblacional. También contemplan que el exceso de grasa puede afectar a la síntesis de esta vitamina a nivel hepático, o “secuestrar” parte de la vitamina en las reservas lipídicas.

2. Entonces, ¿perder grasa aumentaría los niveles de vitamina D?

Es un proceso multifactorial, estará determinado por el aporte de vitamina a través de la dieta y la exposición a la luz. Es decir, perder grasa podría ayudar a aumentar los valores séricos de Vitamina D, pero si en ese periodo no comemos suficiente vitamina y no nos exponemos a la luz solar, será difícil que estos valores aumenten.

3. ¿También el ejercicio físico?

Hay que tener en cuenta el tipo de deporte o actividad que se realice. No es lo mismo la persona que entrena indoor que el que hace deporte al aire libre.

En población deportista los requerimientos de vitamina D suelen estar aumentados por el desgaste físico, pero también suelen cuidar más la ingesta de grasa saludables donde más concentración de vitamina D3 hay. Por lo tanto, es más el estilo de vida que rodea al deportista que el deporte en si lo que podría aumentar los valores de vitamina D.

4. ¿Es verdad que las personas que tienen la vitamina D baja, son más propensas a sufrir enfermedades cardiometabólicas?

Los niveles bajos de vitamina D en humanos están asociados con factores de riesgo cardiovascular desfavorables, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y la dislipidemia, que son predictores de enfermedades cardiovasculares graves.

La vitamina D tiene un fuerte efecto vasoprotector, mejora los parámetros de la presión arterial, reduce el riesgo de aterosclerosis y reduce resistencia a la insulina.

5. ¿Cómo influye la vitamina D en la obesidad?

Como hemos visto previamente (pregunta 1 y 2), existe una relación entre obesidad y niveles séricos bajos de vitamina D, pero el mecanismo sigue sin ser claro. Es difícil determinar si esos niveles bajos son por el estilo de vida, especialmente nutrición, actividad física y exposición a la luz solar y a su vez estos factores estén contribuyendo al aumento de masa grasa.

6. ¿En cuanto a la diabetes, el déficit de vitamina D provoca más riesgo de desarrollarla y también de agravarla si se padece?

Se ha observado que la vitamina D juega un papel importante en la sensibilidad de la insulina, por lo tanto, un déficit de esta podría reducir la función de la insulina y aumentar el riesgo de diabetes. Una vez más se trata de una patología metabólica multifactorial en la cual el exceso de grasa, el sedentarismo y el estilo de vida pueden provocar tanto el déficit de vitamina D, como el cuadro de diabetes o resistencia a la insulina.

7. Además del sol, ¿en qué alimentos se encuentra la vitamina D?

Se encuentra en productos de origen animal (principalmente aceite de hígado de pescado, pescados grasos como salmón, sardinas, arenque y caballa, y yema de huevo) que proporcionan vitamina D3 o colecalciferol. Las plantas y los hongos son fuentes de vitamina D2 o ergocalciferol.

8. ¿Cuándo es necesaria la suplementación de vitamina D?

Cuando está a nivel sérico por debajo de los valores suficientes. No hay unos valores claramente definidos pero la Sociedad Endocrina define la deficiencia como niveles de 25(OH)D por debajo de 50 nmol/L (20 ng/mL), pero recomienda al menos niveles superiores a 75 nmol/L (30 ng/mL), y preferiblemente entre 100 y 150 nmol. /L (40–60 ng/mL).

9. Cuando se recurre a esa suplementación ¿es cierto que hay que complementarla con magnesio porque si no, en muchas ocasiones no se metaboliza?

Las enzimas que metabolizan la vitamina D parecen requerir magnesio, que actúa como cofactor en las reacciones enzimáticas del hígado y los riñones.

Por lo tanto, un déficit de este mineral podría reducir su absorción. No obstante, es difícil tener un déficit con una alimentación sana y variada.

Como conclusión después de ver las interacciones que tiene nuestro cuerpo y metabolismo con la absorción y niveles de vitamina D, es importante destacar que lo más determinante es tener unos correctos hábitos de salud en los que la actividad física y una correcta alimentación, sumados a una exposición adecuada al sol nos aportarán una optima composición corporal y podremos mantener unos buenos niveles de esta vitamina en sangre.

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