Los políticos siempre tienden a agrandar los éxitos y a disimular los fracasos. También a utilizar eufemismos para denominar a las catástrofes. La ministra Calviño acaba de declarar que vienen “trimestres complejos”, pero en realidad debería haber dicho: se acercan “trimestres desastrosos”. Hoy leía en Twitter un mensaje en el que alguien decía “cada vez que tengo que ir a hacer la compra siento ganas de llorar”. Y no es para menos. Los precios ya han alcanzado el nivel del disparate y lo peor es que la inflación que se avecina parece que, lejos de atemperarlos, los va disparar aún más. Dicen los economistas que más saben de esto, que el discurso autocomplaciente de la ministra de Economía respecto a su gran hazaña de “reducir el alza de los precios en 3,5 puntos” pretende desviar la atención de esa inflación ya desbocada y con visos de aumentar severamente. Lo que se nos viene encima da miedo. Todos vamos a ser más pobres (ya lo somos desde hace tiempo, pero aún más). La pregunta es si lo podremos soportar. El panorama que se atisba en el horizonte es tan oscuro que el gobierno de Sánchez, tras ver que España está cambiando de color a marchas forzadas y que las perspectivas de futuro auguran unos arrolladores resultados para los populares, andan frotándose las manos. No es que a ningún partido le guste que le arrebaten el poder, pero los socialistas, después de años difíciles de pandemia de los que han salido no gloriosos (de ahí las ganas de cambio de los españoles) pero sí bastante indemnes, después de tantos cambios de rumbo y otras “maravillas” indescriptibles, casi se sienten afortunados pensando que no tendrán que lidiar con ese toro imbatible que es una inflación mundial abrumadora que, según los expertos, superará con creces la de 2008. Dicen que las grandes consultoras internacionales ya han cerrado sus oficinas de contratación y andan organizándose para afrontar la mayor debacle económica mundial del siglo XXI, de la que aún no se sabe cómo nos podremos recuperar. Tan grave parece lo que está por venir, que hay quien piensa que se tendrá que cambiar el orden establecido y que nunca recuperaremos el estatus alcanzado. En fin, no quiero ser pesimista, pero me cuentan que en Moncloa casi celebran que los augurios pronostican su marcha, porque enfrentarse al tsunami de inflación y pobreza que está por llegar va a ser cosa de titanes. Avisados estamos. Ahora, que alguien nos cuente, por favor, qué podemos hacer para prepararnos. Yo, desde luego, no lo sé… Y parece que nuestros dirigentes, de momento, tampoco.
¿necesitas ayuda?
lo último
El cartel más caro del verano
02 Ago, 2022
ultimos comentarios
temas tratados
alimentacion
alimentos
A menos de cinco centimetros
A toda radio
Barcelona
belle époque
Carmen Posadas
cine
conferencia
dieta
Entre Comillas
entrevista
España
Fernando Marías
futbol
hijos
la chica a la que no supiste amar
La mala suerte
literatura
Los secretos de Marta
Luisa Casati
Luisa y los Espejos
Madrid
Madrid a la última
Madrid me Marta
Marta Robles
moda
mujeres
Niños
novela
Novela negra
nutrición
obesidad
Onda Cero
pasiones carnales
Premio Fernando Lara
PRENSA · Artículos · La Gaceta de Salamanca
PRENSA · Artículos · La Razón
PRENSA · Artículos · Wapa
Real Madrid
salud
Telemadrid
TV · Ahora Marta
usted primero
Venecia