Publicado en La Razón
Publicado en La Gaceta de Salamanca
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Perdónenme, pero no entiendo nada. Me da igual si son trabajadores asalariados, o autónomos y pequeños empresarios (tantas veces sin un solo empleado -o solo uno de la familia, que no encuentra trabajo en otra parte- ); el caso es que el campo sufre.
La fibra alimentaria es la parte comestible de los alimentos de origen vegetal que es capaz de resistir a los procesos de digestión y absorción que tienen lugar en el intestino delgado, llegando intacta al intestino grueso.
El nuevo virus de esta sociedad encerrada por el covid durante tantos meses y torturada ahora por la guerra de Ucrania, es una nueva cepa de otro ya conocido: el de lo políticamente correcto. Un virus que ataca de un modo perverso, porque obliga a sus afectados a la autocensura permanente.
EN estos días de guerra, donde nos levantamos cada mañana con la ansiedad de conocer el nuevo bombardeo inclemente de Putin o su velada alianza con China y los efectos secundarios que podría tener para el mundo, Europa mira a sus vecinos ucranianos con el alma encogida -tal vez en el imaginario está el refrán: cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar- y extiende los brazos para recibir a los incontables refugiados.
Estamos a punto de quitarnos las mascarillas. O eso parece si es que el criterio oficial no cambia por sorpresa y nos obliga a echar marcha atrás. Volveremos a vernos las caras completas. A adivinarnos los sentimientos dibujados en las sonrisas.
LUNES 7 de marzo. Me levanto pensando en la guerra Rusia-Ucrania, como todos. Hasta ahora, también como todos y desde hace dos años, me levantaba pensando en la pandemia, en si el mundo podría recuperar su libertad de movimiento y su capacidad para abrazarse sin reparos.
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